La educación Colombiana ha tenido muchos tropiezos debido a los fenómenos como creer que el modelo chileno, alemán o argentino también es bueno aplicarlo en Colombia; Cada gobierno impone un modelo y hemos estado experimentando sin encontrar la solución a nuestras necesidades educativas que influyen en otros problemas como la violencia, pobreza y desempleo.
En el decreto 1860 se plasman los parámetros de gestión y evaluación en la comunidad educativa como son la evaluación como un medio decisorio en la promo
ción o reprobación según los indicadores de logro plasmados en la resolución 2343 en los aspectos de procesos de desarrollo y conocimientos del estudiante.
Como siempre volvemos a tropezar con la misma piedra; la evaluación debería enfocarse mas en los procesos curriculares y su efectividad, a la gestión educativa en beneficio de la comunidad ya que de esto depende el éxito del estudiante que es el objetivo más importante.
Nuestros nativos descubiertos por los españoles sabían vivir como iguales respetando la diversidad. Los españoles nos impusieron su cultura ignorando el valioso legado indígena que carecía de plagas que aun quinientos años después nos corroe como la corrupción, burocracia, injusticia y violencia.
Los planes de gobierno apuntan mas a combatir los síntomas olvidando las causas que han generado tanta descomposición social, como gigantes malignos que arrasan con lo poco de bueno que nos queda.
La nueva cultura de la evaluación tiene varias consideraciones como medio de control de aspectos cognoscitivos, como comprensión, haciendo énfasis a la relación maestro-estudiante, la evaluación como acción en el aprendizaje significativo.
En la actualidad el maestro interioriza la evaluación solamente como medio de control para aterrorizar al estudiante generando problemas como la deserción escolar.
El proyecto educativo institucional, un modelo bonito que se ha quedado solo en un papel, porque las exigencias al nivel de colegio, universidad y el mismo examen de estado son las mismas; Un estudiante brillante no es aquel capaz de decidir critica y analíticamente, sino aquel que es capaz de memorizar más.
La evaluación como medio de acción donde se mide la capacidad del estudiante de producir a partir de ideas o conocimientos, será la solución a muchos problemas de nuestra sociedad colombiana.
Si evaluamos para saber que sabe el estudiante, nos vemos en la necesidad de replantear nuestro curriculo y empezar a estructurar modelos que verdaderamente respondan alas necesidades cotidianas, empezando por rescatar valores ya confundidos.
Por esta razón la evaluación debe ser más cualitativa que responda al verdadero desarrollo de potencialidades del estudiante.
Ana Lucia Corredor
exalumna
lunes, 14 de abril de 2008
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