domingo, 13 de abril de 2008

NECESIDAD DE CAMBIO

Desde los marcos generales y programas curriculares, la enseñanza de la lengua materna esta enfocada hacia el aprendizaje de la estructura de la lengua. En ellos se plantea, como finalidad de máxima prioridad el desarrollo y logro de las habilidades comunicativas: hablar, escuchar, leer y escribir. Además, se busca que el desarrollo de esas habilidades se alcance bajo los parámetros de la propiedad y la corrección.

En los actuales programa curriculares y textos se da prioridad a los contenidos que describen la estructura de la lengua, con la creencia de que, explicando como es la lengua en sus niveles fonologico, morfológico, sintáctico y semántico, el estudiante va a llegar al dominio de las habilidades comunicativas.Por otra parte, la enseñanza actual de las habilidades comunicativas se lleva a cabo en forma puramente teórica, con la creencia de que, enseñando la teoría de un tema, ya el estudiante queda en capacidad de producir e interpretar.

El maestro enseña así la lengua y hace su mayor esfuerzo para acertar en su labor profesional: pero en el fondo, tanto el maestro como los estudiantes sienten que esos esfuerzos se pierden; no se sienten satisfechos de la labor que desarrollan y, en todas partes y en todo nivel se nota que este modelo de enseñanza de la lengua materna a constituido un engaño y un fracaso.

Lo que se pretende es plantear que la lengua materna es mucho mas de lo que esta planteado en los marcos legales y en los programas curriculares, y que la labor de la clase de lengua materna necesita asumir practicas muy diferentes a los que se están realizando.

Tenemos que ampliar la concepción de la lengua materna y mirarla como el instrumento con el cual los seres humanos transformamos el mundo y la vida en significado. No podemos olvidar que saber una lengua es saber significar en esa lengua. Las personas, las cosas y las acciones adquieren sentido porque existe la lengua que nos permite transformarlas en significado en cada acto comunicativo, de acuerdo con la cultura, la ideología, los contextos, los estados de animo de los hablantes.

Vista la lengua bajo esta concepción, alcanza una dimensión y complejidad ilimitadas, porque los procesos y los modos de significar que puede inventar el hombre son infinitos. Quedarse en el estudio de la simple estructura de la lengua materna es de conocer su dimensión, su complejidad y su función esencial de significación.
MARCELITA CORREDOR

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